Entrevista
con la especialista en medios Adriana Amado
El periodista y las
preguntas
Amado cree que en Argentina y en otros países de Latinoamérica,
el periodista se ha convertido en un comentador de noticias preparadas por
otros. Se han transformado en oficinas de prensa de los gobiernos, los
municipios, empresas y ONGs, no en generadores de información como solían ser
antes. En un contexto de urgencias, falta de recursos y sobreoferta de
información pre armada; al periodista no le queda más que editar, copiar y, en
el mejor de los casos, comentar. Y ese, asegura, se trata de un pobre lugar, que
lo convierte en un publicista de segunda mano. El periodista ha dejado de lado
su función primera, que era la de hacer preguntas. Buenas preguntas.
En relación a la política, la Dra. Amado cree que en nuestro
país, y en algunos otros también, se ha optado por una política Pop. Se toman
los íconos de la cultura pop como son la
televisión, lo audiovisual, el eslogan y las marchas en la calle; que no dejan
de ser recursos del espectáculo que se integran a la acción de gobierno. “En
este modelo los presidentes pasan más tiempo detrás del micrófono o filmando
comerciales que gestionando. Se corre la política de gestión a un espectáculo
montado donde no hay lugar para las preguntas fuera del guion ni para
conferencias de prensa.”
Según Amado, muchos
aceptaron estas reglas con naturalidad sin notar que el hecho de eliminar las
preguntas era una estrategia para cuidar estos guiones tan bien preparados.
Este problema es más crítico en las localidades del interior donde
los medios, al ser más pequeños, dependen en gran medida de la pauta del
municipio, del político o del concejal. Esto hace que sea más difícil reclamar
respuestas a las preguntas a aquel que nos está proveyendo de pauta
publicitaria.
El periodismo en el
Caso Nisman
Amado cree que la cobertura del caso Nisman ha mostrado de
algún modo el desequilibrio del sistema. Porque si la fiscal a cargo del caso
estuvo atendiendo a los periodistas a lo largo de todo el día, no se entiende
en qué momento podría estudiar los documentos y leer sobre el tema.
Si, de otro modo, sugiere la Dra, se otorgase una conferencia
de prensa donde estuviesen invitados todos los medios, los periodistas estarían
más preparados y las preguntas serían de mayor interés. Debería funcionar una
lógica corporativa donde los periodistas retomen las preguntas de sus
compañeros y el objetivo fuese una información más completa y veraz. Pero,
asegura la especialista, esa lógica colaborativa está destrozada, y los
periodistas pelean por una declaración exclusiva que los funcionarios otorgaran
según sus conveniencias políticas.
De este modo, el periodista ha perdido su lugar y la sociedad
no cree en nada. El resultado es el descrédito de la política y la suspicacia
frente a todo el que intente postularse para un cargo.
Periodismo y
democracia
La licenciada asegura que decir que Argentina padece las
cosas por tratarse de un país joven, es
parte de un diagnóstico de impunidad. “No
somos un país tan joven. Tenemos más de un siglo de democracias con suspensiones,
idas y venidas. Pero parece que nunca nos sirve para capitalizar experiencias, estamos
siempre empezando de cero. Ya llevamos varias décadas de democracia
ininterrumpida. Tenemos generaciones enteras que han nacido en democracia, se
han criado en democracia y se han recibido en la facultad. Sin embargo, esos
son jóvenes que nunca vieron a un presidente hablar de igual a igual con un
colega, con otro político. Siempre están en un púlpito hablando en un micrófono.
No tenemos una democracia más joven que la de Brasil. Y en el sitio de prensa
del gobierno brasilero hay un plan de rendición de cuentas y la presidenta
actual y el presidente anterior dieron
más de 3 o 4 conferencias de prensa por mes.”
Amado entiende que a nadie le gusta ser criticado, y que ser
criticado desde una pantalla o un micrófono, resulta siempre incómodo. Pero está convencida de que eso no
convierte al periodismo en un enemigo de la democracia. El periodismo, asegura,
es la herramienta que poseen los ciudadanos para saber qué es lo que está
pasando con la democracia. Tanto Correa, Chavez o Cristina Fernández, afirman
tener una comunicación directa con la ciudadanía por lo que no sería necesario
un intermediario como el periodismo. En ese caso, sostiene Amado, el ciudadano debería poder realizar preguntas
o reclamos. Y en ninguno de los sitios de comunicación oficiales existe la
posibilidad de realizar un pedido y recibir una respuesta. El único canal
atendido son los reclamos realizados a través de un medio de comunicación
masivo que haga visible la problemática.
Ley de Medios
La especialista cree que la Ley de Medios era necesaria ya
que la ley que regulaba la propiedad de los medios era del siglo pasado. Pero,
asegura, está muy lejos de tratarse de una revolución. “La ley que se aprobó es
una ley de propietarios que poco tiene que ver con la ciudadanía, ya que si
bien se conceden licencias para medios comunitarios, no se resuelve el problema
del financiamiento; que continúa siendo estatal, por lo que seguimos frente a
una concentración mediática.”
La verdadera
revolución, sostiene, sería una ley que permita el acceso a la comunicación.
Amado considera que no son necesarios más canales de televisión sino más acceso
a la conectividad. Cuando se tiene acceso a internet, las personas pueden
elegir informarse no sólo con los diarios de su pueblo, de su ciudad o de su
país. Y eso es realmente un sistema diferente. Pero, asegura, darle acceso a la
gente a comunicarse entre sí le da la posibilidad de llegar a conclusiones
diferentes a las que el poder quiere que llegue y eso, afirma, no están
dispuestos a hacerlo.
La mujer en los
medios
Amado reconoce que en los medios se encuentra un tratamiento
muchas veces insultante una fuerte cosificación de la figura de la mujer; pero,
asegura, los cambios no se dan sólo en los medios. No se pueden pretender
medios igualitarios cuando el resto de las instituciones no lo son. La mujer
sigue siendo minoría en instituciones como el Conicet, los ministerios y los
parlamentos. Las mujeres, asegura, son
mayoría en las carreras universitarias, pero aun así, menos del 5% de las
empresas son dirigidas por mujeres. “Tenemos mujeres con mayor formación que
los hombres pero con menos cargos de decisión.”
Los medios, sostiene la licenciada, no dicen nada que resulte
aberrante a una sociedad. Los medios dicen lo que una sociedad puede soportar.
El modelo de mujer que presentan los medios es el que nuestra sociedad tolera.
Se trata de las mismas cosas que se aceptan en las familias y en los trabajos.
Ella cree que venimos de muchos años de observar los medios y
criticarlos y se ha visto que no es ese el camino para una transformación. ”Debemos salir de la crítica y de la
resistencia para buscar acuerdos. Las redes sociales nos permiten un espacio
donde acordar aquello que nos molesta, que no queremos soportar en los medios.
Se trata de una nueva forma de conversación social.”